A lo largo de estas semanas, hemos estado trabajando sobre distintos cuentos populares: sus personajes, dónde se desarrolla la historia, etc. Una vez hecho esto, cada alumno y alumna ha elegido uno de ellos y ha tenido que escribir de nuevo la historia, pero con ciertas premisas:
- Tienen que aparecer todos los personajes.
- No podemos añadir ni omitir ninguno.
- La nueva historia no nos puede recordar en ningún momento a la original.
El resultado ha sido fantástico, los alumnos y alumnas han estado muy motivados y con muchas ganas de compartir los relatos con el resto de compañeros de clase.
Aquí os dejo una muestra de uno de ellos.
«Ricitos de oro.
Había una vez una niña que se llamaba Ricitos, ella vivía con su madre. Un día fueron al zoológico y vieron tres osos. Ricitos se encontró una llave con la que se podía abrir la puerta para entrar a ver a los osos de cerca. Entró dentro y se cayó por un agujero. “¡¡Ahhhhh!!” Gritó Ricitos. “¿Dónde estoy?” Se preguntó. Ella miró hacia un lado, miró hacia el otro lado y vio una casa. Esa casa era de los 3 osos, tocó a la puerta. Papá oso le abrió y Ricitos le preguntó: “¿tú eres el oso del zoo?” Papá oso le contestó: ”Sí, ¿por qué me lo preguntas?, ¿tú quién eres?, ¿y por qué estás aquí?” Ricitos le explicó que era una historia un poco larga de contar, que estaba con su madre y al entrar por un camino se cayó por un agujero que la hizo llegar a la casa de los osos. Papá oso que era muy amable la invitó a pasar y le dijo que tendrían que empezar a averiguar cómo volver con su madre. Papá oso tuvo una idea, preguntarle a mamá osa ya que es bruja, así que fueron a buscarla. Mamá osa dijo: “Vamos a ver a quién tenemos aquí”. Papá oso le explicó toda la historia de Ricitos y mamá osa comenzó a pensar en cómo ayudar a la niña y dijo: “Haré un hechizo para que se teletransporte”. Y así fue, hizo un hechizo y Ricitos volvió a estar con su madre muy feliz, y a esa familia se unió el oso pequeño que se fue a pasar unos días con su nueva amiga.»
